Gilera no es sólo una marca de scooters. Ni siquiera ha sido siempre una marca de motos pequeñas, si estás recordando a aquellas preciosas y rápidas 125cc de carretera de los años 90. Muchos años antes Gilera había fabricado motos de gran cilindrada y había ganado carreras e incluso títulos mundiales con ellas: desde 1950 a 1957 Umberto Masetti, Geoff Duke y Libero Liberati ganaron 6 campeonatos del mundo de velocidad de 500cc. Sus motos de 500cc eran de cuatro cilindros y altas prestaciones en aquellos años 50 y de hecho dejaron de ganar por que se retiraron el campeonato, para evitar una escalada de costes con el resto de competidores.

En 1969 la empresa, que entonces cumplía 60 años (se había fundado en 1909, por lo que es de las pocas marcas de motos centenarias actualmente) pasó a manos de Piaggio. Se inició una buena época para la marca, que se centró primero en ciclomotores de marchas y motos de off-road, consiguiendo entonces grandes resultados en Motocross.

Escape Akrapovic de serie en la Gilera 600SS: no era muy normal entonces este tipo de detalles

A finales de los 80 e inicios de los 90 la “revolución de las 125” fue también una buena época para Gilera. La aparición y posterior “guerra de las 125” con los otros fabricantes italianos y algunos japoneses (con filiales italianas, Honda y Yamaha) hizo que se vendieran muchas motos: KK, KZ, Crono, SP01 o la extraña CX fueron algunas de las Gilera que se enfrentaron con bastante éxito a aquellas Aprilia AF1, RS 125, Honda NSR o Yamaha TZR, sin olvidar a toda la gama Cagiva Freccia y Mito.

A finales de los 90 poco queda ya de esa “batalla” de la que apenas sobreviven las Honda, Aprilia y Cagiva. Gilera se plantea otros mercados; a pesar de que son de las marcas que han visto llegar “la moda scooter” desde hace unos años y sus Runner y otros modelos se venden bien en este mercado mantienen viva la imagen de deportividad de la marca. Pero Piaggio quiere ir un paso más allá: Todavía no son los propietarios de Aprilia y Gilera, como marca de deportivas del grupo se merece otra oportunidad de estar entre las grandes marcas.

Frontal agresivo en la Gilera 600SS: recuerda al de las Honda VTR SP1

Llegan a un acuerdo con Suzuki para que les provea de motores. Será el de la GSXR 600, que para esta aplicacióndeclarará 120Cv. En el año 2001 se ve en el Salón de Milán un prototipo en muy avanzado estado de desarrollo. Lleva ese motor, con inyección electrónica y escape Akrapovic. Un chasis de aluminio y titanio, pegado con técnicas aeronáuticas y una carrocería de formas agresivas, horquilla invertida, pinzas de cuatro pistones…una verdadera Supersportdispuesta a plantar cara a cualquiera de las japonesas que reinaban la categoría. Y el prototipo, desde luego, era algo muy cercano a la serie. Pero ahí se quedo el último sueño verdaderamente deportivo.

Justo en el año en el que Poggiali conseguía el siguiente título mundial para la marca, el de 125 del 2001. ★