El comercio irundarra ‘Motos Paco’, que lleva trabajando cuarenta años en la calle Pinar 18, se ha hecho con dos distinciones espectaculares: una, desde la Cámara de Comercio de Gipuzkoa; y otra, por la casa ‘Yamaha’, al más alto nivel estatal. Paco Salgado Velasco abrió el negocio hace 40 años después de haber trabajado en el taller de ‘Campitos’ y en el del titular de ‘Deportes González’. Lo ha dado todo hasta que en la actualidad ha delegado la responsabilidad de la empresa en los dos hijos que ha tenido con Honorina Gonzálezl. Se trata de Blanca, de 35 años; y Pablo, de 33 años Blanca es diplomada en Relaciones Laborales y Pablo se metió en la empresa tras optar a la selectividad. Son jóvenes, emprendedores y con espíritu tan trabajador como positivo. Superarse y estar al día es su consigna diaria cuando inician su jornada laboral. No renuncian a nada y día a día apuestan por la formación contínua y por la mejor atención al cliente. De ahí, sus éxitos profesionales. Blanca y Pablo responden por sí mismos y por su aita. Son dos voces pero una sola opinión.

-Llevaís ‘Motos Paco’, pero el negocio es del aita, ¿no?
-Por supuesto. Él sigue siendo el titular, pero hace un tiempo que ha delegado en nosotros. Tiene una gran confiaza en sus hijos.
-¿Cuándo echó a andar la tienda?
-Hace 40 años, en 1972 y siempre en El Pinar. El aita empezó en el taller de Campos y luego continuó con González, el de la tienda de deportes. Pero a los 23 años y después de terminar la ‘mili’ en Ventas, se puso por su cuenta.
-Tiempos…
-Te puedes imaginar, muy diferentes a los actuales, pero al aita siempre lo ha dado todo por los suyos. Entonces trabajaba con dos marcas de motos y con otras tantas de cascos, no había más y la cosa era más sencilla, sólo con ‘Vespa’. Ahora estamos con el grupo ‘Piaggio’, que engloba a ‘Vespa’, ‘Piaggio’ y ‘Gilera’, amén de ‘Yamaha, firma con la que llevamos trabajando una docena de años…
-Cómo cambia la vida…
Antes eran buenos tiempos, porque, dentro de las dificultades de siempre, había poco dónde elegir y era más fácil trabajar.
-¿Y cómo le dió al aita por entrar en este mundo?
-Le gustaba desde pequeño y empezó, como muchos entonces, a los catorce años, de chavalito. Además, había que llevar dinerito a casa.
-Y luego llegaís, en segunda generación.
-LLevamos quince años (Blanca) y 14 (Pablo), en un trabajo que lo hemos mamado desde críos. Nos ocupamos de la oficina, contabilidad, ventas y recambios; o sea, de la parte comercial. El frente del taller es cosa de los mecánicos como Aritz Iza, Jon de la Cuesta, Luis de Miguel y Alberto Vicente, que se ocupa más de los recambios.
-¿Hoy día es un negocio el mundo de las motos?
-Hombre, si existe es porque teóricamente es negocio. A pesar de la crisis que todos padecemos, sí que da cancha. Por ejemplo, hay gente que diversifica y que teniendo dos coches, cambia uno por una moto. No será el mejor negocio del mundo, pero sí que es uno más.
-¿Más difícil que el que inició vuestro aitatxo?
-Ahora lo es más, porque los motores son más complicados. Pero hay otros factores que ayudan. Por ejemplo, los ordenadores y las máquinas de diagnosis. Ten en cuenta que para reparar hoy día una moto a veces hay que recurrir al ordenador. Eso sí, luego está la imprescindible figura del mecánico.
-¿Moto o coche?
-El coche siempre ha estado por encima de la moto, aunque ahora mismo la moto puede ser una mejor solución para andar en las ciudades porque te facilita mucho las cosas. Es un elemento práctico que antes se tenía en cuenta más como una pieza deportiva. Ahora, la moto te lleva a donde quieras y, además, te ahorra tiempo y dinero. Mira, de hecho la gente de aquí que se va a Hendaia a vivir, se compra una moto porque es lo más cómodo. Además, el entorno bidasotarra, sin autopistas y con nuestros paisajes, es ideal para este vehículo. ¿La bici? La verdad es que no hace competencia.
-¿Es peligrosa la moto?
-No. A día de hoy, la gente mira mucho por la seguridad y se pone casco, cosa que antes no hacía. También se conciencia para comprar chaquetas, guantes y pantalones de cordura que protegen mucho.
-¿Y qué tal os va a vosotros?
-Estamos contentos porque aguantamos, que mantenerse no es poco. La crisis nos toca a todos, es dura.
-Pero no será por falta de premios y reconocimientos.
-La verdad es que estamos en racha. La Cámara de Comercio de Gipuzkoa nos ha otorgado la ‘Q’ de Kalidenda, reconociéndonos la transparencia que ofrecemos entre el comercio y el cliente. Todo está muy clarito y es que, en el día a día no hay que parar de mejorar. Si te quedas atrás, te pasan por encima.
-Y luego, lo de ‘Yamaha’…
-Eso ha sido un puntazo. Hemos ganado el reconocimiento a la mejora de la gestión global en 2011, que es el primer y único premio a nivel estatal y a la mejor alianza comercial 2014. Vamos, que se lo ha ganado un comercio de Irun y para Irun. Nos lo entregó en Barcelona el responsable europeo de ‘Yamaha Scooter Store’, que es el japonés Hidefumi Kawai. Fue un momento increíblemente bonito.
-Eso ayuda, ¿no?
-Por supuesto, porque reconoce el esfuerzo que realizamos a diario, lo mismo que el trabajo del aita, que se lo merece todo. Nosotros, sus hijos, sólo queremos ser dignos sucesores de su trabajo y esfuerzo.